Violencia de género
De género masculino, claro. No tengo estadísticas, sólo las fotos
que he visto y, sobre todo, cierto tufillo que me viene de lejos, de
muy lejos. Los disturbios de París no son obra de unas desheredadas que
se sienten marginadas o que son maltratadas por la policía, o que son a
todos los efectos ciudadanas de segunda atrapadas en sus guetos. Son
obra de unos machitos un tanto subidos de testosterona, sin ánimo de
ofender. Me jugaría tranquilamente el brazo derecho a que el 90% de los
quemacoches son hombres, o futuros hombres; a que son el 99% me jugaría
un millón de pelas. ¿Y no va a haber un pequeño problema de género, y de
pelotas, cruzado aquí?
A ver si es que les parece a los
magrebatasunos que no mandan bastante en casa, y quieren mandar más. O
igual resulta que el ambiente occidental no apoya bastante al machete
dominante, y hay que aclarar un poco quién manda aquí, y quién es capaz
de quemar lo que haya que quemar. Tanta frustración acumulada...
El
camino a la cohesión social es largo y complejo; se requerirán medidas
educativas, desarticulación de mafias y acciones sociales en los
barrios... Pero como medida urgente para el bien de estos muchachos,
necesitan, pero ya, cuatro leches bien dadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario