Un día hora a hora
8 h. existo: monday mon day, es mi día.
9 h.
Desayunados y levantados los nenes, transporte en coche hacia el cole,
con una amena discusión sobre quién es el responsable de que, como casi
siempre, lleguemos tarde.
10 h. Clase de comentario de texto:
"Davideis", de Abraham Cowley ("Though no man hear’t, though no man it
rehearse, / Yet will there still be music in my verse").
11 h. Café en el Tibet. Hoy me toca solo (el café no: con leche).
12 h. Tutorías, y movimiento de papeles.
13
h. Recogida de nenes del cole, pero alguien (under erasure) ha
desaparecido, de momento. Por cierto, todo esto debería estar tachado.
14.
h. Recogida del aparato de vídeo de la tienda de reparaciones (60
euros). Había dentro una moneda de 10 pesetas (59 euros 94 céntimos).
Compra de 30 bolsas de patatas sabor gamba para que Ivo invite a los
coleguis (llevará seis bolsas de compra él solito). Hoy pisto y
canelones.
15 h. Mientras llevo a los críos al garaje un taxi
atropella a un peatón delante de mí, en pleno paso de cebra; compruebo
que no llevo el número de las ambulancias en el móvil, y que encima no
llevo el móvil encima. Por lo menos le doy una tarjeta como posible
testigo al atropellado, que vive, siente y está aturdido. Compruebo con
alivio que durante este minuto de confusión nadie ha atropellado a los
míos.
16 h. Pulsando teclas en el despacho y preparando la clase.
17
h. Clase de crítica literaria: "The Critic as Artist", de Oscar Wilde.
No hay nada más inflexiblemente lógico que una paradoja. Los interesados
en el enigma de la esfinge, pueden consultar allí (y cotejar de paso
sus nociones sobre evolución). Wilde sólo oscuramente sabía que sus alegorías anticipaban su propia historia, como en Dorian Gray.
18
h. Envío cartas; a una amiga, una postal desde el pasado, fechada en
1985 (broma metafísica). A New Providence envío una actualización de mis
datos, para la edición de 2006 de Who’s Who in the World, por
el tema de la v.f. A mí mismo (esto es más complicado), una postal
electrónica que me ha sido dirigida por lapsus quizá, pero destinada a
Ivo (juro que tiene su lógica el envío, y el reenvío).
19 h.
Hace frío, y me he dejado la cazadora (y el inmóvil ahí). Porque hacía
sol, je. But out, alack, he was but one hour mine; the region cloud hath
masked him from me now. Meto el coche dentro de un ascensor, paso por
cinco máquinas más y ya estoy en casa, weary with toil. Sesión
bibliográfica (Bertrand Russell).
20 h. Conversaciones con mi
abogada. (Cf. Andrés Calamaro: "Por ahora, me dice mi abogada / Que por
ahora no ha pasado nada"). Ya podemos ver la postal desde casa. Veo cómo
los pibes ven Regreso a Nunca Jamás, y compongo the above y lo que
sigue.
21 horas. Bañera llena de críos. Cena, y capítulo de Bleak House con Álvaro. Entrevista de Mr Rouncewell con Sir Leicester Dedlock.
22
horas. Más bibliografías (supongo, esto es el futuro, y ya se sabe...
our devices still are overthrown; Our thoughts are ours, their ends none
of our own).
Por cierto, en qué habré estado pensando todo el día. Y además todo esto pasaba el siete de marzo.
PS: Jorge Luis Borges, "James Joyce":
En un día del hombre están los días
del tiempo, desde aquel inconcebible
día inicial del tiempo, en que un terrible
Dios prefijó los días y agonías
hasta aquel otro en que el ubicuo río
del tiempo terrenal torne a su fuente,
que es lo Eterno, y se apague en el presente,
el futuro, el ayer, lo que ahora es mío.
Entre el alba y la noche está la historia
universal. Desde la noche veo
a mis pies los caminos del hebreo,
Cartago aniquilada, Infierno y Gloria.
Dame, señor, coraje y alegría
para escalar la cumbre de este día.
1 comentario
colega(s) -
No hay comentarios:
Publicar un comentario