Traducing Shakespeare
Ha empezado aquí el congreso sobre "Translation and Cultural
Identity", con una conferencia de Julio César Santoyo, que fue
catedrático de esta universidad cuando yo aún era estudiante de
bachillerato. El programa completo puede verse en la web del
departamento.
Versa la conferencia del Dr. Santoyo sobre cómo
los autores que se autotraducen a otro idioma (que a veces es también el
suyo materno) se toman unas libertades con los propios textos que jamás
se tolerarían en otro traductor. El fenómeno de la autotraducción tiene
así esta condicionante de la autoridad del autor, que lo particulariza,
y lleva a la creación de traducciones que son también versiones y
revisiones. Y subraya el conferenciante que es un fenómeno mucho más
frecuente de lo que se suele creer – aparte de casos celebrados como mis
favoritos Beckett y Nabokov. Sobre algunas cosas autotraducidas de
estos autores he escrito yo, por cierto; por ejemplo este antiguo
artículo sobre Beckett como autor bilingüe y autotraductor, "Abstracted to Death" (que por cierto apareció en unas actas editadas por Santoyo en los ochenta).
El cartel del congreso nos muestra a un siniestro traductor
reescribiendo con estilográfica un soneto que un diestro poeta escribe
con pluma de ave (es el soneto nº 2 de Shakespeare, ahora mío, ahora
nuestro):
Cuando cuarenta inviernos asedien tu gentil frente
Y caven surcos hondos en ese campo bello,
Tu verdor juvenil que todos tanto admiraban
Será un rastrojo raído que nadie ha de apreciar.
Y si preguntan entonces que dónde quedó enterrado,
Dónde el tesoro y el lujo de esos tus días de hoy,
Contestar que está allí hundido en el fondo de tus ojos
Será vana alabanza, un reproche que te ha de devorar.
Cuánto más digno de ti usarte de otro modo,
Si pudieras entonces replicar, "Este hermoso hijo mío
Es hoy mi yo de antes, mi valedor, mi suma"
Probando su belleza por sucesión la tuya.
Sería encauzar de nuevo el curso de ese río,
Dar calor nuevo a tu sangre cuando se acerque el frío.
Según
Mariano García Landa (no pariente mío), el traductor es el autor de su
texto traducido. Aceptemos esta noción sólo como hipótesis de trabajo, y
hagamos un experimento en autotraducción sobre este soneto.
Now your brow is besieged by forty winters,
Deep trenches burrow under beauty’s field.
Your youth’s proud flower, your dress unique,
Will soon be a tattered weed ignored by all.
And when they wonder where your beauty lies,
Where is the treasure of your waning prime,
To say within your own deep sunken I
Will be a sorry shame, and bitter praise.
Much better praise it were, and worthier of your worth,
If you could then reply, "This child of mine
Answers for me—my sum, my count, my self of old"—
With beauty proving by succession what it was,
And remains—and would remain—and you made new
Feeling your blood warm up as light grows cold.
No hay comentarios:
Publicar un comentario