El índice de locuacidad de los comentaristas de un blog (A) se
obtiene dividiendo el número de visitas recibidas en un período de
tiempo por el número de comentarios. No confundir con los índices de
locuacidad del bloguero (B y C), que se obtienen dividiendo el número de
sitios visitados en un período de tiempo por el número de comentarios
introducidos (B) y el número de días por el número de artículos
introducidos en su blog (C). Del cruce de datos entre el índice de
locuacidad de los comentaristas del blog y los índices de locuacidad del
bloguero surge un cuarto índice (D), que podíamos llamar índice de
locuacidad del blog. Sería necesario hacer ajustes teniendo en cuenta a
los blogguers que tienen varios blogs (entre los cuales prefiero no
contarme). Cruzando a su vez los datos del índice de locuacidad con el
número absoluto de visitas del blog, surge un quinto índice, (E). Otros
más salen de cruzar cada uno de los índices con el número de líneas de
los comentarios (F, G, H, I, J), y con la relación entre el número de
líneas del post y el número de líneas de los comentarios (K., L, M,
N......) - eso, llámalo n.
Un día los calculo (@B-I) pero puedo
adelantar que tengo un bajo índice de locuacidad, se mire como se mire.
Bueno, menos en la locuacidad relativa del blog y los comentarios. (Mi
otra cifra más alta viene a ser en B, pongo más o menos un comentario
por cada veinte sitios visitados).
7 comentarios
Jose Angel -
Jeje, son divisiones virtuales, no me voy a poner a contar, no
tengo la blogdepresión que dice Jill Walker (jilltxt.net/?p=1474) hasta
ese extremo... Además, hay una variable especialmente incógnita: ¿cuál
es el interés para uno mismo de tal o cual artículo o de tal o cual
comentario? Hasta ahí no llega la estadística...
jio -
te veo que tomas carrerilla en hablar de blogs....
y me
pregunto yo, ¿qué hace uno de letras dividiendo y multiplicando tanto?
jo, usando hasta variables incógnitas y todo.... :-D
José Angel -
(Pues ahí te contesto, Magda, un saludo). Cierto, Gratal;
precisamente hablaba Magda hace poco en su blog de las funciones del
lenguaje según Jakobson; y es cierto muchos comentarios son sólo
"fáticos" (bueno, cuando no son faticos, que también los hay), o sea,
que hacen poco más que mantener el contacto o dar una palmadita. Tampoco
creo que sea algo malo ese intercambio de "faticidades" en el sentido
de que mantiene la conversación engrasada, y ayuda a que pasen otras
cosas, tanto en la vida como en los blogs. Pero claro, sí que es
deseable que además de un ingrediente fático, o expresivo, haya un
ingrediente referencial en la conversación, vamos, que se aporte algo
interesante. O poético, si no.
Gratal -
No creo que se trate exactamente de prudencia -estoy
generalizando, por supuesto-. En ocasiones se establecen "relaciones de
cumplido": Yo escribo en tu bitácora y tú me correspondes en la mía.
Quizás eso desvirtúa la reflexión sobre lo que leemos si ya vamos con la
disposición sujeta a hacer un comentario independientemente de la
temática del artículo. Saludos.
Te he dejado un comentario en tu post "Publicidad en la lápida".
Saludos
José Angel -
mm.. no creas, Gratal; a veces se entera uno de lo que piensa
escribiéndolo. ¿No será un exceso de prudencia por parte del personal a
veces, lo de no escribir?
Gratal -
El índice de voyeurismo siempre superará al de locuacidad. Mirar/leer sigue siendo una actividad más enriquecedora. Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario