Detrás de la música
Sábado 15 de octubre de 2005
En la magia de algunos conciertos es
donde los descreídos tenemos vislumbres de experiencias
místico-religiosas, si nos va la música. En cada concierto hay algún
momento que se acerca, más o menos; y siempre están esos momentos de
arrebato por así decirlo agazapados detrás de la música que nos gusta, o
de la poesía que nos suena a poesía. Qué suerte, cuando a veces sale a
la luz, y entras a través de la música en una dimensión que hace
aparecer el mundo y la vida normal como ordenados por el ritmo de la
música, como la letra de una canción irrepetible que es la conjunción de
esa música y ese momento. Incluso si no llega a arrebatarnos la música,
muchas veces consigue darle este compás a la existencia, una "measured
dance of all" - decía Cowley:
And this is music: sounds that charm our earsPocas veces sale a la luz la música que hay detrás de la música, como en esas epifanías de Joyce o Proust o Virginia Woolf... es necesario que se crucen varios imponderables, la música adecuada, el ambiente adecuado, y la disposición interna de uno. Quizá sea un efecto indeseable de la abundancia de música grabada... pero cuando sale, sale en la música grabada, o en vivo, indistintamente, y entonces es como si nos mirase a la cara.
Are but one dressing that rich science wears.
Though no man hear’t, though no man it rehearse,
Yet will there still be music in my verse
Lorsque tout me ravit, j’ignore
Si quelque chose me séduit.
Elle éblouit comme l’Aurore
Et console comme la Nuit ;
Et l’harmonie est trop exquise,
Qui gouverne tout son beau corps,
Pour que l’impuissante analyse
En note les nombreux accords.
O métamorphose mystique
De tous mes sens fondus en un !
Son haleine fait la musique,
Comme sa voix fait le parfum!
—dixit Baudelaire del arrebato.
Entretanto, miramos su reflejo, su mirada bonita pero perdida en otra parte.
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