Novela de Marina Soro, autora pseudónima de Zaragoza. Dos veces seguidas me la he leído, una de ellas en voz alta a mi madre. Así dice la contraportada sobre Las tres:
Pilar, Leonor y Carol son tres mujeres de tres generaciones distintas, que se enfrentan a la vida de maneras diferentes, acordes al momento vital de cada una. Pero lo que sí tienen en común, además de su amor y complicidad, es el entusiasmo por el ballet. ¿Pero tendrá cabida una afición como esa en el entorno rural del que proceden y en el que pasan sus vacaciones?
La novela corta Las tres trata sobre cómo situaciones cotidianas pueden convertirse en extraordinarias y de cómo la mejor manera de hacer frente a la incertidumbre de los tiempos que corren es rodearse de personas queridas.
La dedicatoria de la novela nos remite no a tres sino a cuatro generaciones:
A la memoria de mis padres.
A mis hermanos.
A mis hijos y nietos
—Y sigue a esta dedicatoria un epígrafe en verso, una "discreta oda a la bondad", que reza así:
Es una cualidad poco apreciada
frente a la inteligencia deslumbrante,
a la prosperidad, o al petulante
gesto de fomentar la mascarada.
Ella es humilde, como la morada
violeta de perfume penetrante,
como la luz del alba en el instante
que sucede a la oscura trasnochada.
En esta sociedad atribulada,
apenas continúa respirando
a la hospitalidad de una celdilla
por el factor humano confinada,
sintiéndose impotente contemplando
de la mezquindad cada avanzadilla.
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