Unto This Last
Está claro que la profesión, si existe (los filólogos anglistas
me refiero), está viéndolas venir ante la anunciada supresión de su
carrera a nivel de grado: Algunos, haciendo planes de cómo mantener sus
reales incólumes; otros, estudiando reubicaciones espectaculares; otros
más, confiando en que sus protectores o jefes de corrillo les salvarán
del diluvio (ah, pero los protectores son funcionarios, y los protegidos
no...). En cualquier caso, la consigna autoimpuesta está clara: mejor
no mover ficha, y en boca cerrada no entran moscas. De las decenas de
departamentos de Filología Inglesa y centenares de socios de AEDEAN que
reciben mensajes de la lista de distribución, sólo la representante de
un departamento ha contestado en el sentido que yo sugería,
proporcionando información sobre lo que se ha hecho en su universidad
para defender la titulación en Filología Inglesa. Cabe interrogarse si
en los demás sitios se habrá hecho algo (¿menos? ¿más? ¿nada?) y sobre
los resultados de esas gestiones. A esa representante le hago llegar
este mensaje en el foro de la página NO A LA DESAPARICION DE LA FILOLOGIA INGLESA:
"Muchas
gracias por tu respuesta a la lista de AEDEAN, y al foro de
DESAPARICION DE LA FILOLOGIA INGLESA. Por desgracia, como ves, no es un
ejemplo que cunda. Mi mensaje a la lista de AEDEAN ha sido ignorado, con
excepción de algunos mensajes personales de solidaridad. No interesa,
por alguna razón, centralizar la información; lástima, porque es
imprescindible para una actuación eficaz. Quizá sea que a la gente le
molesta que le sugieran lo que debería hacer, y prefiera antes no hacer
nada. Pero es ésa una actitud muy triste, y así nos va a ir.
Enhorabuena, en todo caso, a los representantes que sí habéis hecho los
deberes, participando en medios públicos o llevando a cabo los actos
administrativos que caen bajo vuestra responsabilidad."
¿Porque
será mucho suponer que hay otro plan en marcha para la defensa de la
carrera, del cual no nos enteramos a través de la red? Sí será. En el
foro monográfico en sí últimamente nadie opina nada tampoco. Las últimas
entradas son de estudiantes, que han sido siempre los más activos, en
su propio ámbito de acción favorito, que suelen ser las marchas y
concentraciones, pero eso en verano desaparece. Y lo demás también,
incluidas las filologías. Uno de los colegas que me han contestado
personalmente responde esto cuando me extraño ante la "neutralidad" de
los anglistas ante la supresión de su titulación propia:
"Filología
Inglesa creció mucho y desordenadamente durante los últimos 25 años.
Nuestras formaciones, valores e intereses son tan ajenos entre sí que no
nos reconocemos unos a otros, ni como compañeros ni como colegas. ¿De
qué sirve lo que hacemos? De nada, y ahora va en serio."
A
nosotros no nos va a venir Zapatero a sacar las castañas del fuego. Y
sin embargo mansamente nos creemos que no es cuestión nuestra opinar
sobre el mapa de titulaciones (’ne supra crepidam sutor iudicaret’),
cuando en realidad a nadie le atañe más (por injusticia estadística).
Tendríamos que estar defendiendo nuestra disciplina y dando la vara
hasta el final: ’a cobbler should stick to his last’ – y los filólogos
deberían gustar más de expresarse. Y ser filofilólogos, amar más su
disciplina. Pero ¿hay filólogos siquiera?
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