La Universidad de Zaragoza, como todas las instituciones oficialistas, se suma todos los años a la "Fiesta del Orgullo", que así llaman a las campañas de promoción de tolerancia y aceptación y promoción de la homosexualidad. Curioso que ya lo del "Orgullo Gay" quedó atrás, ahora es sólo "Orgullo" así en general, excluyendo el Orgullo Heterosexual, eso sí, pues lo del Orgullo Heterosexual es una noción fascista, presuntuosa, y retrógrada donde las haya. Por otra parte, cuanto menos se hable de sexo en estas instituciones, mejor—eso no ha cambiado.
A lo que voy, que igual que fui el único en oponerme a la Mascarilla Obligatoria, cuando el fervorín del Covid (y nuestra Universidad se sumó al fervorín con una normativa propia de mascarillas reforzada y empoderada) —pues igualito igualito ahora soy el único disidente de esta Fiesta del Orgullo. Que lo de un poco de orgullo está bien, pero mucho orgullo te vuelve orgulloso y presuntuoso.
Y en eso estamos, en demasiado orgullo obligatorio. En las redes protesto.
Otras veces les sugiero que en una comunidad autónoma y nación con un índice de fertilidad muy por debajo de la tasa de reposición—pero mucho—sería mejor idea fomentar las familias heterosexuales y la maternidad... si nos ponemos a hacer ingeniería social, digo. Las futuras generaciones, desde luego, no van a ser criadas en familias homosexuales, aunque no faltará un sociólogo oficialista para desautorizar estas verdades desagradables.
A veces protestan mis protestas. Me gustó este zasca:
—Ya salió el cuñado.
—Pues gracias al cuñado tienes sobrinos—inútil.
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